viernes, 28 de agosto de 2009

Phineas T. Barnum

Si la publicidad norteamericana reconoce varios padres, no tuvo mas que un abuelo: Phineas T. Barnum (1810-1891), fundador del circo que llevaba su nombre y productor de espectáculos quien no se detenía en minucias como la ética y el buen gusto cuando podían obstaculizar el logro de sus propios comerciales.
Barnun probó el gusto del negocio del espectáculo en 1835. Ese año decidió contratar a una mujer que, había sido presentada como "La niñera del general Washington", cuya edad declarada era de... ¡¡¡161 años!!!!. Primero se tomó tiempo para llenar los periódicos con anuncios y las calles con afiches, y finalmente presentó en una sala publica a Joyce Heth, una momia que apenas respiraba.
El rápido suceso cebó a Barnun; con Joyce comenzó una serie de exhibiciones de fenómenos como por ejemplo la sirena de Fidji, Tom Pulgarcito y los siameses Chang y Eng, que se convirtieron en las mayores atracciones del museo norteamericano, propiedad de Barnun.
Barnum viajó a Europa y contrató a la cantante sueca Jenny Lind. Él la bautizó "el ruiseñor sueco" y la promovió con una campaña publicitaria que superó a todas las anteriores.
Sin embargo, tenía una fe ciega en la publicidad, en la que invertía sus ganancias.
Mientras Barnun se ganaba por mérito propio el titulo de "príncipe del fraude", asomaba en el horizonte la novedad norteamericana de alcance mundial que convirtió a un negocio que hasta ese momento era de dos puntas, empresas y medios, en otro de tres. Las nuevas agencias, además, abrieron paso a un nuevo profesional: ----el publicitario----

Fuente:
"Publicidad, Diseño y Empresa"- Alberto Borrini -Ediciones Infinito-Octubre 2006

Biografía e imágenes:

Paula F. Bevacqua

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